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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Según las regiones, la vestimenta varía, pues no son los mismos requerimientos textiles en el llano que en el cerro o la puna. Pero la vestimenta es muy parecida entre los "paisanos": el gaucho siempre tendrá su sombrero o chambergo (sombrero pequeño) para evitar los aguaceros (lluvia), el sol ardiente o los fuertes vientos cordilleranos, sujeto con el barbijo y adornado por su toquilla ( cuero al rededor de la copa del sombrero).

Sobre el cuero pondrá una camiseta y encima de ella una camisa con bolsillos en el pecho para llevar sin dificultad el tabaco o la coca; en el cuello es obligatorio un pañuelo que evitará, según el gauchazo Güiraldes, que los bichos se le metan en el cuerpo al paisano cuando duerme "al sereno" (campo abierto), o bien para cubrirse la cara en los arenales.

El pantalón es, por lo general, abombachado (herencia de los españoles y a su vez de los árabes) y según el clima: "pesao" (grueso) o "liviano", la mayoría de las veces la bombacha va "agarrada" con una faja (de tela o de cuero, que puede llevar "enchapados" llamada "rastra"), esta faja se utiliza como sostén del "facón" (cuchillo con mango de cuerno de vaca o ciervo, o de madera tallada) que servirá al criollo como instrumento en sus faenas y arma de defensa.

En las "patas" (pies) puede usarse bota e' potro (botas de cuero de caballo que deja los dedos al aire), bota fuerte (de cuero que llega hasta 3/4 de pierna), bota carrujada (de cuero doblado tipo acordeón) o las típicas alpargatas (calzado de tela con suela de cáñamo).

En las botas pueden usar las "espuelas" para azuzar a los caballos. Sobre el final el gaucho tendrá el poncho para cubrirse él y el "ensillao" (montura).
Algunos adminículos secundarios son: las caricantinas (medio pantalón de cuero que va sobre la bombacha), las polainas, la rastra, el chaleco, la chaquetilla, el retobo (cuero que se pone sobre la copa del sombrero para reforzarlo), etc.

En cuanto a las mujeres, los vestidos, con profusión de puntillas que se almidonaban al igual que la ropa interior, se caracterizaban por ser amplias, sin escote y con mangas largas, para defender la piel de las caricias agresivas del sol y del viento unas veces, y otras para conformarse a las reglas que imponía el pudor. La coquetería ha sido la más constante de las virtudes femeninas, en todos los tiempos y épocas, lo mismo en el corazón de las ciudades y pueblos que en medio del desierto.

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