TABA: Entre los juegos preferidos por el gaucho, además de las carreras de caballo y las bochas, se encuentra la taba. Se jugaba con cuatro pequeñas tabas de carnero o de cordero que se utilizaban como nuestros actuales dados.
Para jugarlo, hay que asentarse sobre un terreno liso que separe dos canchas, una a seis metros de la otra, y de aproximadamente dos metros de ancho. El espacio entre las dos canchas es un rectángulo llamado “adentro”. La cancha debe ser de tierra regada o humedecida para que permita la “clavada”, que es el tiro máximo de la tabeada: consiste en hacer que la taba caiga en la cancha contraria y quede adherida al suelo.
La taba criolla es el hueso del tarso que en anatomía se llama “astrágalo”, que corresponde a un hueso de las extremidades posteriores de toros o bueyes. Tiene cuatro caras: la mayor se llama “carne” o “suerte”; la menor se llama “culo”; y las dos laterales “hoyo” y “tripa”.
Quien esté por encontrarse con este tradicional juego debe saber sus reglas:
El jugador que lanza la taba tiene que hacerlo desde los límites de su cancha, es decir, sin pisar la línea.
Si la taba cae adentro de su campo el tiro queda anulado.
Las apuestas (si se hacen) deben concluir antes del lanzamiento.
El jugador que “pisa la taba” y es echado en el primer tiro, tiene opción a seguir jugando.
Si la taba cae “suerte” -para arriba-, gana el que lanzó y sigue jugando. Si cae “culo” –para abajo- pierde y debe dejar paso a otro jugador.
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